domingo, 5 de marzo de 2017

El expolio del siglo

Parece existir algún acuerdo entre varias formaciones políticas, para impulsar la creación de una "comisión de la verdad" sobre la crisis de las cajas de ahorro.

Ya lo hicieron las Cortes de Aragón sobre el expolio de Caja Inmaculada.(1) Tras efectuar un mero ejercicio aritmético con las cifras reflejadas en los balances, el resultado fue demoledor: Mil cuatrocientos millones de euros perdidos. Y ahí se quedó todo. En mi opinión, un simple paripé. Pero no porque quienes redactaron las conclusiones estuvieran equivocados, sino porque la propia comisión se vio limitada en el alcance de sus trabajos. Baste como ejemplo citar que ni la CAI, ni el FROB ni el Banco de España facilitaron a la comisión toda la documentación requerida. También es probable que la vista del precipicio te haga retroceder.

En realidad, los datos que la anunciada comisión va a analizar son públicos y están al alcance de cualquiera que los quiera ver. Lo sorprendente es el silencio informativo y académico al respecto. Al silencio institucional ya estamos acostumbrados. Del informativo y académico, lo que puedo colegir no es agradable.

Invito a una actividad relativamente sencilla. En la dirección http://www.ceca.es/que-hacemos/analisis-economico-y-regulatorio/estados-financieros/ está disponible documentación sobre el estado financiero de las entidades de la Confederación Española de Cajas de Ahorros. Entre otros documentos, las cuentas de pérdidas y ganancias desde 2002. Quien quiera puede comprobar que la suma del epígrafe "pérdidas por deterioro de activos" entre 2006 y 2015 supera los 158.000 millones de euros. 

Dos anotaciones al respecto:

1) Casi todo el contenido del epígrafe citado son inversiones crediticias
2) Hay otros epígrafes con pérdidas. Por ejemplo, pérdidas por deterioro del resto de activos. 

Que nadie caiga en la tentación de pensar que este otro epígrafe tiene poca importancia. Por ejemplo, en 2012 Catalunya Banc contabilizó  6.286 millones de euros como "pérdidas por deterioro de activos" y 4.638 millones como "pérdidas por deterioro del resto de activos". La cito como ejemplo, aunque no es, ni de lejos, el más significativo. Ver página 51 y posteriores en el Anuario Estadístico 2012 de CECA. (2) 

En resumen: Las pérdidas contabilizadas en el periodo citado, superan los 200.000 millones de euros. Si tenemos en cuenta que se trataba de dinero social y que no se evaporó, sino que cambió de bolsillo, la labor de la anunciada Comisión tiene una hoja de ruta bastante definida. 

Por terminar:

- En el mismo periodo, la deuda pública española pasó de 400.000 millones de euros a 1.070.000 millones, unos 670.000 millones de euros de incremento. Relacionar el expolio de las cajas con dicho incremento no parece aventurado.
- Los beneficios que, lógicamente, obtuvieron las empresas inmobiliarias participadas en el periodo anterior a la crisis, no acabaron en el balance de las cajas. Los beneficios de éstas procedían del margen de intermediación y de las comisiones, muy poco por la participación en entidades del grupo.
- Al estallar la burbuja, se cancelaron total o parcialmente operaciones en vigor con beneficios obtenidos en otras promociones, por lo que parte de las pérdidas no se llegó a contabilizar. De eso fueron claramente conscientes los empleados de Caja de Ahorros de la Inmaculada, pues algunos tuvieron que revisar finca por finca, crédito por crédito, operaciones que se iban a traspasar a la Sareb. Descubrieron, atónitos, que CAI tenía muchísimas inversiones en Guadalajara, Huelva, etc. y que algunos de los préstamos tenían amortizaciones anticipadas, aunque las fincas hipotecadas eran rústicas sin recalificar y, obviamente, no se había hecho construcción alguna.
- Desafortunadamente, el tiempo está confirmando los temores de hace unos años. Las cosas han sido incluso peores. Casi todo lo que se puede decir, está dicho ya en entradas anteriores. Como colofón, llamar la atención sobre un aspecto: Hay una suerte de consenso sobre la culpabilidad de “los políticos” y “los sindicalistas” en lo ocurrido. Nadie quiere recordar que era habitual en las cajas que hasta el 35/40 % de los compromisarios representaran a los impositores, un porcentaje parecido a las corporaciones municipales y comunidad autónoma, quedando el resto para el ente fundacional y un 5 ó 6 % para los empleados. Es más, miembros de asociaciones que participaron en la gestión, braman contra lo ocurrido como si no fuera con ellos. El postureo como estrategia de supervivencia. Mientras, el foco de los medios está puesto en los corruptos, pero nadie habla de los corruptores. Será para que no se enfaden.













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