miércoles, 21 de febrero de 2018

Nota adicional


Las cajas suponían el 51 % del sistema financiero español.

Eran entidades benéfico-sociales sin ánimo de lucro. No eran de propiedad privada (no tenían accionistas); tampoco eran de titularidad pública. Eran propiedades sociales, a falta de un término mejor.

Por la normativa en vigor, estaban obligadas a utilizar sus beneficios en obra social o en fortalecimiento de la entidad. Típicamente, dedicaban a obra social un 25 %  del beneficio anual, llevando a reservas el 75 % restante. Estos porcentajes son aproximados. Hubo muchas variaciones a lo largo del tiempo, pero son una aproximación válida.

Obviamente, tras décadas de funcionamiento consecuente, habían acumulado grandes reservas. A título de ejemplo, Caja Inmaculada tenía, en 2006, más de 800 millones de euros en reservas.

En mi opinión, fueron utilizadas a nivel estatal en una gran operación de captura de capitales. El mecanismo principal es de todos conocido: La creación de cientos o miles de empresas de promoción inmobiliaria a la que la entidad matriz le prestaba dinero para sus operaciones. Cuando la burbuja estalló, gran parte de las operaciones en vigor fracasaron, afrontando como pérdidas la caja matriz los préstamos que iban quedando impagados. Cuando hablo de cientos o miles de empresas, no exagero. Caja Inmaculada participaba en 67, Caja Madrid en más de 300, etc.

Esas operaciones fallidas aparecen reflejadas en los epígrafes "pérdidas por deterioro de activos".

La normativa contable sufrió varios cambios. En los balances de las entidades han quedado reflejados de diversas formas. La más importante, con un monto superior a 116.000 millones en el periodo 2005-2015 es "pérdida por deterioro de activos financieros (neto)" que engloba el epígrafe "(pérdidas por) inversiones crediticias" (ver excel adjunta)

Otro epígrafe a destacar es "pérdidas por deterioro del resto de activos (neto)", que para el mismo periodo supera los 35.000 millones de euros (ver word adjunto)

Otros epígrafes, como "diferencia negativa en combinaciones de negocios" incrementan el total de pérdidas contabilizadas.

No tengo ni los conocimientos ni los medios para efectuar un análisis forense, más que contable, sobre el sector. Sin embargo, es evidente que los recursos de las cajas sirvieron de capital base para un expolio de más amplio importe, una gigantesca operación de captura de capitales para lo que se precisó de otra operación de captura del regulador.

Las pérdidas por promoción inmobiliaria afectaron, además, a otras entidades financieras (bancos, cooperativas, cajas rurales...) algunas de las cuales fueron rescatadas con dinero público.

A las pérdidas que quedan evidenciadas en los epígrafes citados, hay que sumar el dinero público invertido para reflotar las entidades o permitir que siguieran operando, para ser vendidas a continuación por cifras testimoniales.

La explicación a la crisis ha tenido diversas versiones que nos hablaban de las circunstancias que se dieron en EEUU u otros países. Sin embargo, se han obviado algunos aspectos relativos al caso español:

1) La crisis española no se basó en la concesión de hipotecas de alto riesgo (las famosas subprime norteamericanas) sino en la concesión de enormes operaciones de crédito promotor para la compra de suelo, en las que la única garantía de la operación era el suelo adquirido.

2) Los fondos no procedían de banca comercial clásica, sino fundamentalmente de cajas de ahorros. El riesgo fue asumido, por tanto, por las cajas en su mayor parte.

3) Se ha ignorado un hecho fundamental: Gran parte de los créditos concedidos por las cajas fueron titulizados. Una de las compañías utilizada para tal fin, Ahorro y Titulización, fue recientemente vendida a una filial del fondo Cerberus http://www.expansion.com/2014/11/12/empresas/banca/1415790461.html

Como curiosidad:

Otra curiosidad:

4) También se ha obviado un hecho de gran importancia: Las cajas inundaron los mercados internacionales con múltiples emisiones de deuda (pagarés, obligaciones) que les permitía seguir adelante en sus operaciones de especulación inmobiliaria. Una vez que las posibilidades de captar dinero "fresco" de clientes se agotan, una opción es pedirlo prestado a inversores, cosa que se consigue con las citadas emisiones de deuda. A título de ejemplo, la Caja de Ahorros del Mediterráneo se prodigó en la emisión de pagarés y otros instrumentos. Es fácil de comprobar: En la web de la CNMV www.cnmv.es   folletos   emisiones   ofertas públicas de venta...  por ejemplo:


Estas emisiones hacían muy difícil, por no decir imposible, permitir la quiebra de las entidades, pues gran parte de las emisiones habían sido compradas por inversores extranjeros, bancos alemanes y franceses, entre otros.

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