domingo, 21 de octubre de 2018

Comisión de investigación sobre la crisis financiera de España


Desde el 11 de Mayo de 2017, se vienen celebrando sesiones de la Comisión de investigación sobre la crisis financiera de España y el programa de asistencia financiera, en el Congreso de los Diputados. Esta comisión ha terminado el periodo de comparecencias y no tardando mucho hará públicas sus conclusiones finales.


(Digo “casi” porque son 45 sesiones, pero solo hay 41 archivos PDF. Imagino que será un error de la página. Tampoco parecen estar accesibles los archivos en vídeo de algunas sesiones)

En todo caso, no he leído con detenimiento todos y cada uno de los diarios, pero me centraré en el último, que recoge la intervención del consejero delegado del Banco de Santander, Sr. Álvarez Álvarez.

Cifró en 175.000 millones de euros las pérdidas contabilizadas por el sector Cajas de Ahorro, que suponía el 55 % del sistema financiero.  Mis cálculos rondaban los 152.000 millones de pérdidas y un peso del 51 % del sistema; entiendo que la cifra de 175.000 será mucho más acertada, así como el porcentaje del 55 %. Seguro que el equipo del Sr. Álvarez es mucho mejor que un ex empleado de caja de ahorros.

También cuantificó las pérdidas contabilizadas por los bancos. Concretamente, en 125.000 millones. No quedó claro si en esa partida incluía las pérdidas de bancos propiedad de Cajas.

Por supuesto, nada se dijo de las pérdidas enjugadas en balance (a fin de cuentas, los resultados son de grupos consolidados de empresas) y, mucho menos, de los beneficios que el sector promotor-constructor debería haber aportado a las cajas y que no aparecen por ningún lado. Es evidente que las inmensas plusvalías generadas en la compra venta de suelo, edificable o no, fueron a parar a otras manos. Pero no parece que ninguno de los grupos parlamentarios tenga especial interés en este aspecto, de importancia capital, por cierto.

El Sr. Álvarez hizo una encendida defensa de su banco, como es su obligación. Sin embargo, cruzó algunas líneas.  Al afirmar que su banco contribuyó, el pasado año, al sostenimiento público con 1.130 millones de euros, incluyó explícitamente las cotizaciones empresariales a la seguridad social, 455 millones de euros. Ninguno de los asistentes consideró oportuno recordarle que esa cuantía forma parte de la obligación contractual de la empresa con sus trabajadores y no lo puede presentar como una contribución del banco a las arcas públicas. Por esa regla de tres, también podría incluir el IRPF o las cotizaciones de los trabajadores. Da la sensación de que quienes tomaron la palabra y lo interpelaron, estaban más preocupados en dejar constancia de lo listos que eran o en convertir el acto en un “debate de portavoces”  como la Presidenta de la Comisión se vio obligada a recordar a alguno de los intervinientes. 

No diré que las preguntas lanzadas no tengan importancia, sin embargo –en mi opinión- se han librado muy mucho de hacer las preguntas clave: ¿Dónde fue el beneficio en la compraventa de suelo? ¿Cómo tributó? ¿Con qué criterios se hicieron las adquisiciones? ¿Qué relación existía entre los órganos de gobierno de las cajas y los responsables de la recalificación del suelo en los ayuntamientos? ¿Qué información tenían los compromisarios en las asambleas de las cajas de ahorro sobre la política inmobiliaria de las entidades? ¿Se han investigado las contabilidades ocultas, frecuentes en las cajas? ¿Se van a dirimir responsabilidades sobre la política de créditos a empresas del grupo?

Al final todo parece quedar en postureo. Ojalá me equivoque.

miércoles, 21 de febrero de 2018

Nota adicional


Las cajas suponían el 51 % del sistema financiero español.

Eran entidades benéfico-sociales sin ánimo de lucro. No eran de propiedad privada (no tenían accionistas); tampoco eran de titularidad pública. Eran propiedades sociales, a falta de un término mejor.

Por la normativa en vigor, estaban obligadas a utilizar sus beneficios en obra social o en fortalecimiento de la entidad. Típicamente, dedicaban a obra social un 25 %  del beneficio anual, llevando a reservas el 75 % restante. Estos porcentajes son aproximados. Hubo muchas variaciones a lo largo del tiempo, pero son una aproximación válida.

Obviamente, tras décadas de funcionamiento consecuente, habían acumulado grandes reservas. A título de ejemplo, Caja Inmaculada tenía, en 2006, más de 800 millones de euros en reservas.

En mi opinión, fueron utilizadas a nivel estatal en una gran operación de captura de capitales. El mecanismo principal es de todos conocido: La creación de cientos o miles de empresas de promoción inmobiliaria a la que la entidad matriz le prestaba dinero para sus operaciones. Cuando la burbuja estalló, gran parte de las operaciones en vigor fracasaron, afrontando como pérdidas la caja matriz los préstamos que iban quedando impagados. Cuando hablo de cientos o miles de empresas, no exagero. Caja Inmaculada participaba en 67, Caja Madrid en más de 300, etc.

Esas operaciones fallidas aparecen reflejadas en los epígrafes "pérdidas por deterioro de activos".

La normativa contable sufrió varios cambios. En los balances de las entidades han quedado reflejados de diversas formas. La más importante, con un monto superior a 116.000 millones en el periodo 2005-2015 es "pérdida por deterioro de activos financieros (neto)" que engloba el epígrafe "(pérdidas por) inversiones crediticias" (ver excel adjunta)

Otro epígrafe a destacar es "pérdidas por deterioro del resto de activos (neto)", que para el mismo periodo supera los 35.000 millones de euros (ver word adjunto)

Otros epígrafes, como "diferencia negativa en combinaciones de negocios" incrementan el total de pérdidas contabilizadas.

No tengo ni los conocimientos ni los medios para efectuar un análisis forense, más que contable, sobre el sector. Sin embargo, es evidente que los recursos de las cajas sirvieron de capital base para un expolio de más amplio importe, una gigantesca operación de captura de capitales para lo que se precisó de otra operación de captura del regulador.

Las pérdidas por promoción inmobiliaria afectaron, además, a otras entidades financieras (bancos, cooperativas, cajas rurales...) algunas de las cuales fueron rescatadas con dinero público.

A las pérdidas que quedan evidenciadas en los epígrafes citados, hay que sumar el dinero público invertido para reflotar las entidades o permitir que siguieran operando, para ser vendidas a continuación por cifras testimoniales.

La explicación a la crisis ha tenido diversas versiones que nos hablaban de las circunstancias que se dieron en EEUU u otros países. Sin embargo, se han obviado algunos aspectos relativos al caso español:

1) La crisis española no se basó en la concesión de hipotecas de alto riesgo (las famosas subprime norteamericanas) sino en la concesión de enormes operaciones de crédito promotor para la compra de suelo, en las que la única garantía de la operación era el suelo adquirido.

2) Los fondos no procedían de banca comercial clásica, sino fundamentalmente de cajas de ahorros. El riesgo fue asumido, por tanto, por las cajas en su mayor parte.

3) Se ha ignorado un hecho fundamental: Gran parte de los créditos concedidos por las cajas fueron titulizados. Una de las compañías utilizada para tal fin, Ahorro y Titulización, fue recientemente vendida a una filial del fondo Cerberus http://www.expansion.com/2014/11/12/empresas/banca/1415790461.html

Como curiosidad:

Otra curiosidad:

4) También se ha obviado un hecho de gran importancia: Las cajas inundaron los mercados internacionales con múltiples emisiones de deuda (pagarés, obligaciones) que les permitía seguir adelante en sus operaciones de especulación inmobiliaria. Una vez que las posibilidades de captar dinero "fresco" de clientes se agotan, una opción es pedirlo prestado a inversores, cosa que se consigue con las citadas emisiones de deuda. A título de ejemplo, la Caja de Ahorros del Mediterráneo se prodigó en la emisión de pagarés y otros instrumentos. Es fácil de comprobar: En la web de la CNMV www.cnmv.es   folletos   emisiones   ofertas públicas de venta...  por ejemplo:


Estas emisiones hacían muy difícil, por no decir imposible, permitir la quiebra de las entidades, pues gran parte de las emisiones habían sido compradas por inversores extranjeros, bancos alemanes y franceses, entre otros.

Pérdidas por deterioro de activos

https://docs.google.com/document/d/e/2PACX-1vQcOqaepEjyvFCWVsdlmOfY3VNAjkrOQKSevFFpBgGXgV-DiySYjRYfKoNvU7XVC4xh8N11blLsD0IV/pub


El resumen del enlace anterior, es una aproximación a una realidad contable: El expolio de las cajas quedó radiografiado en sus balances.

Este resumen está confeccionado de forma apresurada, por una única persona y sin supervisión. Debe ser tomado, por tanto, con la debida cautela, pues seguro que contiene errores e imprecisiones. Sin embargo tengo la certeza de que se ciñe en gran medida a la realidad, algo que cualquiera puede comprobar acudiendo, si lo desea, a los balances.

Hay que tener en cuenta que los datos corresponden la mayoría de las veces al grupo consolidado de empresas, del que la caja en cuestión era la empresa principal. Esta estructura contable permite que pérdidas de empresas del grupo aparezcan enjugadas por beneficios de otras empresas del mismo grupo, por lo que las pérdidas expresadas finalmente son muy inferiores a la realidad. Obviamente, cuando hablamos fundamentalmente de créditos fallidos en el sector de la promoción inmobiliaria, la parte del león se va en el suelo. Un crédito fallido no oculta un hecho indiscutible: El suelo se pagó. Dicho de otra manera: Una gran parte del dinero perdido por las cajas acabó en el bolsillo de los propietarios e intermediarios del suelo. Sin duda, fue el mecanismo estrella en el expolio.

En el resumen, no están incluidos los epígrafes "otras pérdidas", que cito a continuación. Suman, para el mismo periodo 2005-2015, unos 35.700 millones de euros, lo que arroja unas pérdidas totales declaradas por esos conceptos de 152.000 millones de euros. 

Sector Cajas de Ahorros.

Epígrafe "otras pérdidas" en miles de euros ("pérdida por deterioro del resto de activos" , "pérdidas en la baja de activos no clasificados", "pérdidas de activos no corrientes en venta..." ): 



2005
     265.775
2006
     231.757
2007
     245.763
2008
     850.828
2009
  2.649.579
2010
  1.700.151
2011
  6.436.960
2012
16.146.165
2013
  4.959.650
2014
  1.013.580
2015
  1.247.662
TOTAL
35.747.870

domingo, 5 de marzo de 2017

El expolio del siglo

Parece existir algún acuerdo entre varias formaciones políticas, para impulsar la creación de una "comisión de la verdad" sobre la crisis de las cajas de ahorro.

Ya lo hicieron las Cortes de Aragón sobre el expolio de Caja Inmaculada.(1) Tras efectuar un mero ejercicio aritmético con las cifras reflejadas en los balances, el resultado fue demoledor: Mil cuatrocientos millones de euros perdidos. Y ahí se quedó todo. En mi opinión, un simple paripé. Pero no porque quienes redactaron las conclusiones estuvieran equivocados, sino porque la propia comisión se vio limitada en el alcance de sus trabajos. Baste como ejemplo citar que ni la CAI, ni el FROB ni el Banco de España facilitaron a la comisión toda la documentación requerida. También es probable que la vista del precipicio te haga retroceder.

En realidad, los datos que la anunciada comisión va a analizar son públicos y están al alcance de cualquiera que los quiera ver. Lo sorprendente es el silencio informativo y académico al respecto. Al silencio institucional ya estamos acostumbrados. Del informativo y académico, lo que puedo colegir no es agradable.

Invito a una actividad relativamente sencilla. En la dirección http://www.ceca.es/que-hacemos/analisis-economico-y-regulatorio/estados-financieros/ está disponible documentación sobre el estado financiero de las entidades de la Confederación Española de Cajas de Ahorros. Entre otros documentos, las cuentas de pérdidas y ganancias desde 2002. Quien quiera puede comprobar que la suma del epígrafe "pérdidas por deterioro de activos" entre 2006 y 2015 supera los 158.000 millones de euros. 

Dos anotaciones al respecto:

1) Casi todo el contenido del epígrafe citado son inversiones crediticias
2) Hay otros epígrafes con pérdidas. Por ejemplo, pérdidas por deterioro del resto de activos. 

Que nadie caiga en la tentación de pensar que este otro epígrafe tiene poca importancia. Por ejemplo, en 2012 Catalunya Banc contabilizó  6.286 millones de euros como "pérdidas por deterioro de activos" y 4.638 millones como "pérdidas por deterioro del resto de activos". La cito como ejemplo, aunque no es, ni de lejos, el más significativo. Ver página 51 y posteriores en el Anuario Estadístico 2012 de CECA. (2) 

En resumen: Las pérdidas contabilizadas en el periodo citado, superan los 200.000 millones de euros. Si tenemos en cuenta que se trataba de dinero social y que no se evaporó, sino que cambió de bolsillo, la labor de la anunciada Comisión tiene una hoja de ruta bastante definida. 

Por terminar:

- En el mismo periodo, la deuda pública española pasó de 400.000 millones de euros a 1.070.000 millones, unos 670.000 millones de euros de incremento. Relacionar el expolio de las cajas con dicho incremento no parece aventurado.
- Los beneficios que, lógicamente, obtuvieron las empresas inmobiliarias participadas en el periodo anterior a la crisis, no acabaron en el balance de las cajas. Los beneficios de éstas procedían del margen de intermediación y de las comisiones, muy poco por la participación en entidades del grupo.
- Al estallar la burbuja, se cancelaron total o parcialmente operaciones en vigor con beneficios obtenidos en otras promociones, por lo que parte de las pérdidas no se llegó a contabilizar. De eso fueron claramente conscientes los empleados de Caja de Ahorros de la Inmaculada, pues algunos tuvieron que revisar finca por finca, crédito por crédito, operaciones que se iban a traspasar a la Sareb. Descubrieron, atónitos, que CAI tenía muchísimas inversiones en Guadalajara, Huelva, etc. y que algunos de los préstamos tenían amortizaciones anticipadas, aunque las fincas hipotecadas eran rústicas sin recalificar y, obviamente, no se había hecho construcción alguna.
- Desafortunadamente, el tiempo está confirmando los temores de hace unos años. Las cosas han sido incluso peores. Casi todo lo que se puede decir, está dicho ya en entradas anteriores. Como colofón, llamar la atención sobre un aspecto: Hay una suerte de consenso sobre la culpabilidad de “los políticos” y “los sindicalistas” en lo ocurrido. Nadie quiere recordar que era habitual en las cajas que hasta el 35/40 % de los compromisarios representaran a los impositores, un porcentaje parecido a las corporaciones municipales y comunidad autónoma, quedando el resto para el ente fundacional y un 5 ó 6 % para los empleados. Es más, miembros de asociaciones que participaron en la gestión, braman contra lo ocurrido como si no fuera con ellos. El postureo como estrategia de supervivencia. Mientras, el foco de los medios está puesto en los corruptos, pero nadie habla de los corruptores. Será para que no se enfaden.