Las Cajas han establecido vías de colaboración y financiación, con todo tipo de organizaciones empresariales, sociales, políticas y sindicales.
Estas vías de colaboración, les vienen prestando una cierta inmunidad, por decirlo de algún modo. Es difícil que una asociación, partido político o sindicato, algunos de cuyos miembros forman parte de sus Órganos de Gobierno, reclame una modificación sustancial de las pautas de comportamiento de las Cajas.
Salvo que no les quede otra opción.
Y de eso se trata.
Por si dudas de la importancia de los representantes de las Corporaciones Locales, te daré un dato. Una de las mayores Cajas de Ahorros españolas, tiene una Asamblea General formada por 320 consejeros. De ellos, 140 representan a Ayuntamientos y Comunidad Autónoma. Casi un 44 % del total. ¿Imaginas una dirección que tenga la oposición del 44 % de la Asamblea?. En una empresa convencional, puede. En una Caja, es imposible.
La misma Constitución cuyo artículo 47 se ningunea, indica quién debe velar por su cumplimiento. Es la institución del Defensor del Pueblo, como alto comisionado de las Cortes Generales, designado por éstas para la defensa de los derechos comprendidos en esta norma suprema del ordenamiento jurídico.
Si consideras que existen motivos para efectuar una queja, puedes dirigirte al Defensor del Pueblo. Te aseguro que se lo toman muy en serio.
Lo mismo cabe decir de los Defensores del Pueblo autonómicos.
Una copia podrías remitirla a Presidencia del Gobierno. A fin de cuentas, algo tendrán que decir al respecto. Y si los motivos de tu queja son justos, darás fuerza a estas instituciones para que puedan actuar, cada una dentro de sus competencias. A veces, nos olvidamos de que nuestros representantes necesitan saber cuales son nuestras preocupaciones. Nada mejor que la palabra escrita, nada mejor que los cauces legales, la corrección y el razonamiento de nuestras demandas. Al menos, eso espero.
Puedes hacer llegar tu queja, si lo deseas, al gobierno de tu Comunidad Autónoma, partidos políticos y centrales sindicales. A los partidos, porque quizá interese hacerles saber que revisarás su programa de gobierno en busca de un compromiso en este sentido. A las centrales sindicales, porque, con frecuencia, algunos de sus miembros más destacados están presentes en las tomas de decisiones de las Cajas.
Si dudas de la eficacia del sistema, piensa en algunas asociaciones para la defensa de los derechos humanos. Ellos salvan vidas, salvaguardan derechos, consiguen la libertad de personas detenidas sin garantías. Y todo ello con correos electrónicos. Y, en mi modesta opinión, cargados de razón.
No establezco una comparación, es sólo un ejemplo.
Lo que propongo es más sencillo y mucho menos trascendente.
Si te parece una opción razonable, todo lo tienes a unos clics de ratón. Si los modelos propuestos son de tu agrado, puedes copiarlos en el portapapeles y trasladarlos como texto a un correo electrónico. Puedes añadir, eliminar o modificar el texto según tu criterio. Escribir un texto distinto. Es tu elección.
Si decides enviar algún correo al Defensor del Pueblo, sea nacional o autonómico, no olvides incluir tus datos personales, nombre, apellidos, DNI. Si añades tu dirección física, facilitarás que te puedan contestar por correo convencional.
Si consiguiéramos remitir un número notable de correos, nuestras quejas ganarían fuerza. Todos tenemos unos límites que respetar, en todos los actos de nuestra vida. Los límites de los gestores de las Cajas de Ahorros, los impone la Asamblea. Si la Asamblea calla, si los compromisarios se limitan a acudir, asentir y cobrar las dietas, los directivos campan a sus anchas, sin control alguno.
Piénsatelo.
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